dimecres, de maig 02, 2007

FEDRA!!!


En la mitología griega, Fedra (Φαίδρα en griego) era la hija de Minos y de Pasífae, y hermana de Ariadna. Fue raptada por Teseo tras abandonar a su hermana Ariadna y se casó con ella. Se enamoró de Hipólito, el hijo de Teseo y Antiope, reina de las Amazonas, quién rechazó las insinuaciones, por lo cual Fedra, despechada, lo acusó ante su padre de haber intentado violarla. Irritado Teseo, entregó a su hijo a la furia de Poseidón, quien envió un monstruo marino que espantó a los caballos de Hipólito, que fue arrastrado y resultó muerto. Fedra se suicidó al saberlo.




LA MARY 4ºB

Casandra


En la mitología griega, Casandra (en griego Κασσάνδρα) era hija de Hécuba y Príamo, reyes de Troya. Fue sacerdotisa de Apolo, con quien pactó, a cambio de un encuentro carnal, la concesión el don de la profecía. Sin embargo, cuando accede a los arcanos de la adivinación, rechaza el amor del dios; éste, viéndose traicionado, la maldice escupiéndole la boca: seguiría teniendo su don, pero nadie creería jamás en sus pronósticos. Tiempo después, ante su anunció repetido de la inminente caída de Troya, ningún ciudadano dio crédito a sus vaticinios.
Una vez conquistada la ciudad, Casandra fue violada por Áyax, hijo de Oileo, cuando este la encontró refugiada bajo un altar dedicado a Atenea. Aunque la princesa pidió piedad por respeto a la diosa, en el frenesí del saqueo Áyax desoyó los ruegos, violándola en ese preciso lugar. Este hecho condenó al guerrero, pues Poseidón, impelido por la humillada Atenea, hundió su barco al provocar una tormenta en las rocas Giras, donde Áyax muere ahogado.Más tarde fue entregada como concubina a Agamenón y finalmente muere junto con él, a manos de su esposa Clitemnestra y del amante de ésta, Egisto

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En la mitología griega, Electra o Laódice era, de acuerdo con la narración homérica, hija de Agamenón y Clitemnestra. Estaba ausente de Micenas cuando su padre regresó de la Guerra de Troya y fue asesinado por Egisto, el amante de Clitemnestra o por la misma Clitemnestra, junto con Casandra, la concubina de Agamenón.
Ocho años más tarde, Electra regresó de Atenas con su hermano,
Orestes. Según Píndaro, a Orestes lo salvaron su vieja nodriza o Electra, que lo llevaron a Fanote, tras el monte Parnaso, donde lo confiaron al rey Estrofo.
Cuando cumplió veinte años, el oráculo en Delfos ordenó a Orestes que regresara a su patria y vengara la muerte de su padre. Según Esquilo, se encontró con Electra ante la tumba de Agamenón, donde ambos habían ido a rendir honras fúnebres a los muertos, se reconocieron y pusieron de acuerdo para que Orestes pudiera vengar a su padre
.
Orestes, después de vengarse (en algunas versiones con ayuda de Electra), se vuelve loco, y es perseguido por las
Erinias, cuya misión es castigar cualquier trasgresión de los lazos de piedad familiar. Electra no es acosada por las Erinias.
Orestes se refugia en el tempo en Delfos. Aunque
Apolo (al cual estaba dedicado el templo délfico), le hubiera ordenado vengarse, es incapaz de protegerlo de las consecuencias de sus acciones.
Al fin, Atenea (también conocida como areia) lo recibe en la Acrópolis de
Atenas y arregla un juicio ante doce jueces áticos. Las Erinias reclaman su víctima; él presenta como atenuante las órdenes de Apolo; los votos de los jueces están equitativamente divididos, pero Atenea da su voto de calidad a favor de la absolución.
Más tarde Electra se casa con Pílades, amigo íntimo de Orestes e hijo del rey Estrofo, el mismo que había cuidado a Orestes mientras se escondía de su madre y de Egisto, su amante.
Existe una obra
Electra de Sófocles y otra Electra de Eurípides sobre éste tema.



aL[b]iiTa~* 4ºb

HECUBA



Personaje de la Iliada, era la segunda mujer de Príamo (rey de Troya). Era hija de Dimas rey de Frigia. Existen también versiones que la hacen hija de Sangarios y de la ninfa Evagora. Algunos autores afirman que dio 19 hijos a Príamo. Euripides eleva el número a 50 y Apolodoro menciona 14: Héctor, Paris, Creusa, Laodice, Polisema, Casandra, Deifobo, Heleno, Pamon, Polites y Hiponoo, Antifo, Polidoro y Troilo, el menor. Hécuba llevaba a Paris en su seno cuando soñó que daba a luz una antorcha que prendía fuego a una ciudad. Los adivinos interpretaron que el niño que iba a nacer causaría la muerte de su padre. Paris fue abandonado al nacer en la montaña, pero recogido y criado por unos pastores, más tarde volvió a Troya.Tras la caída de Troya en el reparto del botín Hécuba correspondió a Ulises. Embarcada junto a otros cautivos llegó a Tracia donde reinaba su yerno y antiguo aliado de los troyanos Polimestor. A este rey había confiado Príamo a su hijo Polidoro para librarle de los peligros de la guerra. Al tener noticia Polimestor de la caída de Troya mató a Polidoro y se apoderó de los tesoros que había traído el muchacho. Al saberlo Hécuba atrajo a Polimestor con la promesa de otro tesoro y tanto ella como las otras mujeres cautivas se lanzaron sobre el y dos hijos que le acompañaban matándolos. Cumplida la venganza Hecuba huyó sola y recorrió Tracia presa de frenético delirio asustando a los campesinos con sus alaridos. Apiadados los dioses la transformaron en perra.

Andreu Moratal Ferrando 4 ESO

antigona


En la mitología griega, Antígona es hija de Edipo y Yocasta y es hermana de Ismene, Eteocles y Polinices. Acompañó a su padre Edipo (rey de Tebas) al exilio y, a su muerte, regresó a la ciudad.
En el mito, los dos hermanos varones de Antígona se encuentran constantemente luchando por el trono de Tebas, debido a una maldición que su padre había lanzado contra ellos. Se suponía que Eteocles y Polinices se iban a turnar el trono periódicamente, pero, en algún momento, Eteocles decide quedarse en el poder después de cumplido su período, con lo que se desencadena una guerra, pues, ofendido, Polinices busca ayuda en una ciudad vecina, arma un ejército y regresa para reclamar lo que es suyo.
La guerra concluye con la muerte de los dos hermanos en batalla, cada uno a manos del otro, como decía la profecía. Creonte, entonces, se convierte en rey de Tebas y dictamina que, por haber traicionado a su patria, Polinices no será enterrado dignamente y se dejará a las afueras de la ciudad al arbitrio de los cuervos y los perros. (Este mito es contado en la tragedia Los siete contra Tebas de Esquilo.)
Los honores fúnebres eran muy importantes para los griegos, pues el alma de un cuerpo que no era enterrado estaba condenada a vagar por la tierra eternamente. Por tal razón, Antígona decide enterrar a su hermano y realizar sobre su cuerpo los correspondientes ritos, rebelándose así contra Creonte, su tío y suegro (pues estaba comprometida con Hemón, hijo de aquel). La desobediencia acarrea para Antígona su propia muerte: condenada a ser enterrada viva, evita el suplicio ahorcándose. Por otra parte, Hemón, al entrar en la cripta en la que había sido puesta Antígona, con el objetivo de salvarla, y verla muerta, atraviesa la espada en sus propias entrañas; mientras tanto, Eurídice, esposa de Creonte y madre de Hemón, se suicida al saber que su hijo ha muerto. Las muertes de Hemón y Eurídice provocan un profundo sufrimiento en Creonte, quien finalmente se da cuenta de su error al haber decidido mantener su soberanía por encima de todos los valores religiosos y familiares, acarreando su propia desdicha. (Este mito es contado en la tragedia Antígona de Sófocles.) JOSETE FRC MORENO CHAVES 4\B

[***MeDeA***]


En la mitologia griega Medea era la hija de Eetes, rey de la Cólquida y de la ninfa Asterodia. Era sacerdotisa de Héracles, que algunos consideran su madre y de la que se supone que aprendió los principios de la hechicería junto con su tía, la maga Circe. Así, Medea es el arquetipo de bruja o hechicera, con ciertos rasgos de chamanismo.

La huida de la Cólquida
Cuando Jasón y los argonautas llegaron a la Cólquida y reclamaron el vellocino de oro, el rey Eetes les prometió que se lo entregaría sólo si eran capaces de realizar ciertas tareas. En primer lugar Jasón tenía que uncir dos bueyes que exhalaban llamaradas de fuego por la boca y arar un campo con ellos. Una vez arado debería sembrar en los surcos arados los dientes de dragón que Eetes le dio. Jasón aceptó las condiciones, a pesar de que salir airoso de la prueba se le antojaba imposible.
Sin embargo Medea, traspasado su corazón por los dardos certeros de amor de Eros y aconsejada por su hermana, cuyos hijos había salvado Jasón de perecer en la isla de los pájaros, visitó esa misma noche la tienda de Jasón y le proporcionó pociones, ungüentos mágicos e instrucciones precisas para lograrlo. Invulnerable al fuego y poseedor de una fuerza sobrenatural pudo el héroe someter a los bueyes y uncirlos al arado, roturando a continuación la porción de tierra acordada. Después, tras arrojar los dientes en los surcos, se retiró a observar cómo de cada diente surgía un soldado esqueleto: los hombres sembrados, fuertemente armados. Tras esperar pacientemente a que se desarrollasen completamente un gran número de ellos, y siguiendo los consejos de Medea, arrojó una enorme piedra entre los soldados y éstos, que no sabían quién la había arrojado, lucharon encarnizadamente entre sí por hacerse con ella hasta la muerte. Finalmente, aún bajo los efectos de las pociones mágicas de Medea, Jasón acabó con los que quedaron en pie.
Tras salir airoso de esta prueba, Eetes se enojó sobremanera y se negó a cumplir su parte del trato. Guiados entonces por Medea los argonautas llegaron al bosque donde se escondía el Vellocino de Oro, donde Medea exhortó a los presentes a evitar ser hipnotizados no mirando a los ojos a su guardian, una serpiente enorme que jamás dormía. Ayudada de unas hierbas especiales y sus propios poderes hipnóticos Medea logró dormirla permitiendo así que Jasón cogiera el preciado trofeo y pudieran todos regresar con él a su patria.
La expedición de los argonautas partió entonces con la compañía de Medea ya que, sabedora de que su traición nunca sería perdonada y enamorada perdidamente de Jasón, había rogado poder huir con la expedición a cambio de sus servicios. Jasón no solo había accedido sino que prometió hacerla su esposa, jurándole que le sería siempre fiel. Eetes mandó entonces a su hijo mayor
Apsirto al frente de una gran flota a perseguirlos. Cuando logró al fin darles alcance, Jasón acordó con Apsirto entregar a Medea a cambio de poder continuar su viaje con el Vellocino. Pero Medea urdió nuevamente una estratagema para que su hermanastro se presentase solo a la negociación, lo que aprovechó Jasón para asesinarle a traición y arrojar su cuerpo, troceado en múltiples pedazos, al mar. El desconsolado Eetes tuvo que entrenerse recogiendo uno por uno los restos de su hijo, lo que dio ventaja a los argonautas para que pudieran escapar.
Existen varias versiones acerca de la ruta que siguieron los argonautas a partir de entonces, ya que la versión que nos ha llegado se pone en duda al requerir un trayecto por tierra por media Europa (bien vadeando ríos navegables, bien arrastrando por tierra firme su nave Argos).
Medea fue aún muy útil a la expedición curando, por ejemplo, a la argonauta Atalanta
cuando ésta fue herida en combate. Cuando llegaron a Testalia profetizó que el timonel del Argo, Eufema, reinaría sobre Libia. Esta profecía se materializó en Bato, descendiente de Eufemo.

La muerte de Pelias
Mientras Jasón buscaba el vellocino de oro, Hera seguía maquinando su forma de vengarse del rey Pelias, al que odiaba profundamente. Utilizó artimañas para hacerle enamorarse de Medea, pues la diosa pensaba que esa terrible mujer lo acabaría matando tarde o temprano. Cuando Jasón y Medea llegaron a Yolcos Pelías se negó a entregarle el trono, a pesar de que habían traído el vellocino. Medea conspiró entonces para que fueran las propias hijas de Pelías las que acabasen con él: caracterizada como una anciana sacerdotisa hiperborea de la diosa Artemisa les demostró que se podía rejuvenecer a un anciano troceando a Esón (el padre de Jasón) e hirviendo los pedazos en un caldero. Al instante un Esón rejuvenecido saltó de él. Pero cuando las hijas de Pelías, exceptuando la menor de ellas, con la mejor intención, hicieron lo mismo, éste no sobrevivió.

Abandono de Jasón

A pesar de haberse librado ya de Pelías, los habitantes de Yolco aborrecieron el magnicidio y Jasón y Medea se vieron obligados a dejar Yolcos partiendo hacia Corinto, llamados por los habitantes de esta ciudad sobre la que Medea pretendía tener derechos al trono. Allí Jasón acordó con el rey Creonte abandonar a Medea, a la que el Rey pretendía expulsar de Corinto, para unirse a su hija la princesa Glauca. Medea entonces, arrastrada por los celos, envió a Glauca como regalo de bodas un manto de irresistible belleza. Cuando Glauca lo recibió de manos de la sirvienta de Medea se lo puso de inmediato, liberando la magia contenida en él que la convirtió en una tea llameante. Las llamas la consumieron totalmente a ella y a Creonte, que se abalanzó sobre ella con intención de salvarla. A continuación, según la versión que nos ha llegado y para hacer el máximo daño a Jasón, mató a los dos hijos que habían tenido en común. Otra versión afirma que Jasón había dejado a Medea por Creúsa, que parece ser la propia Glauca, a la que Medea regaló un vestido que al ponérselo se le pegaría al cuerpo y la mataría.
Los habitantes de Corinto, bien en venganza por la muerte de Creonte o bien decepcionados por el comportamiento de Medea, la apedrearon en el templo deHera
y la obligaron a abandonar la ciudad en el carro de serpientes aladas que le había regalado su abuelo Helio. Una versión de la historia narra que fueron ellos los que mataron a los hijos de Medea, que conspiraba continuamente para asegurarse el trono. Pero en castigo una epidemia fue acabando con todos los niños de la ciudad. Corinto no se libró de esta maldición hasta que por consejo del oráculo de Delfos hicieron sacrificios solemnes a los hijos de Medea, y obligaron a los suyos a guardar luto. Esto justificaría por qué los dirigentes de Corinto en el siglo V adC pagaron al dramaturgo Eurípides para que narrara la tragedia de Medea en Corinto atribuyéndole a la protagonista toda la lista de asesinatos y lavando así la imagen de la ciudad.

Medea y Heracles
Cuando Medea huyó de Corinto se propuso buscar a Heracles, pues éste le había prometido auxilio en el caso de que Jasón dejara de cumplir con su palabra. Lo encontró en Tebas, pero la furia de Hera lo había enloquecido. Medea le curó con sus remedios, pero fue expulsada por los tebanos, que no le perdonaban haber matado a su rey Creonte.

Medea en Atenas
Tras errar por distintos lugares en busca de protección, Medea llegó a la ciudad de Atenas, cuyo rey, Egeo, no sólo le ofreció hospitalidad sino que se casó con ella con la esperanza de que sus hechicerías le permitieran concebir un hijo pese a lo avanzado de su edad. La bruja cumplió sus expectativas teniendo de él un hijo al que llamaron Medo.
Cuando Teseo
, el hijo secreto de Egeo, llegó a Atenas dispuesto a que su padre le reconociera como heredero, Medea lo tomó como una amenaza al futuro de su hijo, e intentó envenenarlo. Pero Teseo la descubrió, y acusada de cometer horribles crímenes y de brujería, Medea tuvo que huir de nuevo, esta vez con su hijo.


Medea en el destierro
Tras huir precipitadamente de Atenas Medea se refugió en Italia donde enseñó a los nativos cómo encantar serpientes. Estos la veneraron como diosa, con el nombre de Angitia.
Al pasar por Tesalia
(región llamada así por su hijo Tésalo), Medea compitió con Tetis en un certámen de belleza que presidía Idomeneo, rey de Creta. De allí pasó a Fenicia, estableciéndose allí durante un tiempo. Por último pasó a Asia superior, donde se casó con uno de los reyes más poderosos del lugar, al que sucedió en el trono. Algunos autores afirman que fue éste, y no Egeo, el padre de Medo.
Habiéndose enterado de que su padre Eetes había sido destronado por su propio hermano
Perses, Medea y su hijo acudieron en su ayuda. Medo mató a Perses y repuso a su abuelo al frente del reino de Cólquida, que engrandeció uniéndolo al suyo. Este nuevo país recibiría en su honor el nombre de Media.
Medea no murió, sino que se hizo inmortal y moró en los
Campos Elíseos, donde dicen que se casó con Aquiles.
SaNdRa NaVaRrO gÓmEz 4ºB